Nutrición y Sueño: Qué Comer para Dormir Mejor

La calidad de tu descanso nocturno comienza en tu plato. Descubre cómo algunos nutrientes y hábitos alimentarios pueden ayudarte a conciliar el sueño más rápido, dormir profundamente y despertar con energía.

Nutrientes que apoyan la producción de melatonina y serotonina

La melatonina y la serotonina son neurotransmisores fundamentales para el ciclo sueño-vigilia. Su síntesis parte del triptófano y requiere diversos cofactores nutricionales:

  • Triptófano

    • Fuentes: pavo, pollo, huevos, semillas de calabaza, queso cottage.

    • Mecanismo: el triptófano atraviesa la barrera hematoencefálica y, mediante la acción de alguns enzimas se convierte en serotonina; durante la noche, la serotonina se transforma en melatonina en la glándula pineal.

  • Magnesio

    • Fuentes: espinacas, almendras, aguacate, cacao puro.

    • Rol en el sueño:

      1. Activa receptores GABA, promoviendo relajación neuronal.

      2. Regula el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, contribuyendo a bajar niveles de cortisol y facilitando la transición al sueño profundo.

      3. Participa en la síntesis de melatonina al actuar como cofactor en enzimas clave.

  • Vitamina B6 (Piridoxina)

    • Fuentes: garbanzos, plátano, papa, salmón.

    • Función:

      1. Necesario para convertir el triptófano en serotonina.

      2. Ayuda a regular la glándula pineal para optimizar la producción nocturna de melatonina.

  • Vitamina B12 (Cobalamina)

    • Fuentes: hígado, carnes magras, huevos, lácteos.

    • Influencia circadiana:

      1. Modula la expresión de genes de reloj circadiano en el hipocampo y la corteza, contribuyendo a la sincronización del ciclo sueño-vigilia.

      2. Su deficiencia se asocia a insomnio y fragmentación del sueño.

Tip práctico: Prepara una ensalada con espinacas (magnesio), pechuga de pavo (triptófano) y un puñado de nueces o para combinar varios de estos nutrientes en tu cena.

Cena ligera vs. ayuno nocturno prolongado

La cantidad y el momento de la última comida influyen en tu descanso y en la regulación metabólica.

Cena ligera

  • Ventajas:

    • Menor carga digestiva, favorece un sueño más profundo.

    • Previene reflujo y acidez que interrumpen la conciliación del sueño.

  • Recomendación:

    • Comer al menos 2–3 horas antes de dormir.

    • Elegir porciones moderadas (300–400 kcal) con proteína magra, verduras y grasas saludables.

Ayuno nocturno prolongado

  • ¿Es necesario?

    • El ayuno intermitente (16:8) puede alinear el ritmo circadiano para algunas personas, pero no implica pasar hambre toda la noche.

    • Evita acostarte en ayuno extremo (>12 horas sin comer), porque la hipoglucemia nocturna puede despertar tu sistema de estrés (cortisol).

Rutinas alimentarias que apoyan el ritmo circadiano

Además de “qué” comes, importa “cuándo” y “cómo” organizas tus comidas a lo largo del día.

  1. Desayuno rico en proteínas y carbohidratos complejos
    Activa la serotonina y mejora el estado de ánimo matutino, regulando el reloj interno.

  2. Comidas regulares cada 4–5 horas
    Mantiene estables los niveles de glucosa y evita picos de cortisol que interfieren con el sueño nocturno.

  3. Evitar cafeína y alcohol en la tarde

    • La cafeína puede retrasar la conciliación hasta 6 horas después de su ingesta.

    • El alcohol interfiere con el sueño, reduciendo fases de sueño profundo.

  4. Snack nocturno estratégico

    • Si tienes hambre cercano a la hora de dormir, opta por un snack ligero: un yogur natural con semillas de chía o una tostada integral con queso fresco.

Conclusión

Dormir bien no es cuestión de suerte: ¡se construye con hábitos alimentarios sólidos! Incorpora nutrientes clave, ajusta tu cena y establece horarios regulares para alinear tu ritmo circadiano.

Next
Next

15 Snacks Inteligentes